Eficiencia energética en el hogar
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La casa es un sistema. Se ahorra dinero y se mejora el rendimiento cuando se toman medidas rentables que reducen las cargas del edificio y, a continuación, se instalan sistemas y electrodomésticos del tamaño adecuado para satisfacer las cargas reducidas. En general, el sobredimensionamiento empeora el rendimiento y aumenta los costes.
La estrategia más eficaz para mejorar la eficiencia energética doméstica es centrarse primero en la envolvente de la casa: paredes, ático, ventanas y puertas. A continuación, mejore la eficiencia energética de sistemas como la calefacción, la refrigeración, la iluminación y los electrodomésticos. Por último, considere la posibilidad de generar energía limpia, como la solar o la geotérmica.
Un aislamiento eficaz reduce la velocidad a la que el calor sale de la casa en invierno o entra en ella en verano, por lo que se necesita menos energía para calentarla o enfriarla. Si su casa no está aislada y tiene huecos más o menos continuos (como las paredes de entramado convencionales), el aislamiento por insuflado puede mejorar mucho el confort y ahorrar suficiente energía para que resulte muy rentable. (Si el ático está inacabado, a menudo merece la pena mejorar su aislamiento.
Bomba de calor geotérmica
Cuando se trata de sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, eficacia y eficiencia no son lo mismo. Las estufas de leña son muy buenas para calentar, pero dejan mucho que desear en términos de eficiencia porque consumen mucho combustible. Echemos un vistazo a sus opciones de calefacción y refrigeración.
Ser eficaz significa alcanzar tus objetivos. Ser eficiente significa hacerlo con un mínimo de recursos. Es una diferencia muy obvia y hay infinitas formas de ser eficaz pero muy poco eficiente. Un ejemplo de ello es un jet privado, que puede llevarte de A a B en un santiamén, pero que quema tanto combustible que inevitablemente elegimos medios de transporte más eficientes.
Y ya que hablamos de la electricidad que consumimos en casa, qué decir de la vieja bombilla incandescente. Este anticuado tipo de bombilla está prohibido desde 2012 ¿Son eficaces? Claro que sí. Emiten mucha luz y funcionan a pleno rendimiento desde el segundo en que las enciendes. ¿Son eficientes? Son terriblemente ineficientes, porque el cinco por ciento de su emisión es luz y el resto es calor.
Sistemas geotérmicos
Los sistemas de refrigeración activos, como ventiladores, enfriadores evaporativos y aires acondicionados, desempeñan su papel a la hora de enfriar una casa, pero las técnicas pasivas que se centran en las ventanas, la protección contra corrientes de aire, la ventilación, el aislamiento y el paisajismo pueden reducir el consumo de energía y ser decisivas para mantener fresca una casa durante el calor de los meses de verano.
Optimizar la refrigeración pasiva de su casa reducirá en gran medida la dependencia de los sistemas activos, contribuirá a reducir los costes y garantizará que su hogar sea más resistente a las temperaturas extremas.
El uso del aislamiento, las sombras, las corrientes de aire y la ventilación, todas ellas técnicas de refrigeración pasiva, pueden mantener su casa confortable en los días más calurosos, minimizando la cantidad de refrigeración activa que necesita utilizar y reduciendo sus costes energéticos en verano. Los ventiladores son una forma barata de refrigeración que también puede reducir la necesidad de encender el aire acondicionado y los enfriadores evaporativos.
Los ventiladores eléctricos de techo, de pared y portátiles pueden ser una forma barata y eficaz de mantenerse cómodo en las cálidas y húmedas noches de verano. Los ventiladores son baratos y su funcionamiento puede costar menos de dos céntimos por hora.
Calor radiante
No hace falta que se lo recordemos, pero calentar una casa es caro. Según el Departamento de Energía de EE.UU., los gastos de calefacción suponen alrededor del 30% de la factura de la casa, más que cualquier otro “sistema” del hogar.
Aunque hay muchas formas de reducir estos costes (como utilizar un termostato programable o simplemente ponerse un jersey en lugar de subir la calefacción), una medida muy práctica que puede tomar es equipar su casa con un sistema de calefacción eficiente. Aunque requiera una inversión inicial, con el tiempo ahorrará dinero, ya que cuanto más eficiente sea un sistema de calefacción, menos energía necesitará para funcionar, y esto puede traducirse en facturas de calefacción más bajas.
La eficacia de una bomba de calor depende directamente de las condiciones climáticas. En climas moderados, las bombas de calor son mucho más eficientes que un horno. En climas muy fríos, el horno es más eficiente (aunque las bombas de calor se están convirtiendo rápidamente en contendientes).
En general, el dato más importante es el índice de eficiencia anual de utilización del combustible (AFUE, por sus siglas en inglés). Esta medida, que es un índice porcentual, le indica qué parte de la energía (normalmente, en forma de electricidad o gas natural) que consume el sistema se destina directamente a calentar su hogar y qué parte se desperdicia. En otras palabras, le permite saber cuánta energía convierte el sistema en calor útil.