¿Cuánto durará la energía nuclear?
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La energía nuclear está aumentando en todo el mundo. Las cifras de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) muestran que la generación mundial de energía a partir de centrales nucleares creció un 3,5% en 2021 en comparación con los niveles de 2020, recuperándose de una caída de casi el 4% registrada como consecuencia de la pandemia. Sin embargo, la AIE también ha afirmado que los niveles actuales no están en camino de ayudar a alcanzar los objetivos mundiales de descarbonización, y que será necesario duplicar la capacidad anual si se quiere lograr este objetivo.
Aunque recientemente se ha debatido hasta qué punto es ecológica la energía nuclear, varios países ya la han convertido en un elemento clave de su futuro panorama energético, y la Asociación Nuclear Mundial calcula que hay 55 nuevos reactores nucleares en construcción en todo el mundo. Aunque la mayoría están previstos en países asiáticos, hay proyectos de este tipo en casi todos los continentes, con una capacidad total de unos 100 GW en el horizonte.
El reactor nuclear finlandés Olkiluoto 3 (OL3), un reactor europeo de agua a presión, es la primera central nuclear puesta en marcha en el país en más de 40 años. La unidad, que llevaba mucho retraso, empezó a funcionar en condiciones críticas en diciembre del año pasado y su integración completa en la red nacional está prevista para finales de este mes, aunque aún no se ha confirmado la fecha exacta de puesta en marcha.
¿Tiene futuro la energía nuclear?
Está claro que la energía nuclear está experimentando un renacimiento. Hay 32 países con centrales nucleares operativas que estudian ampliar sus activos o construir otras nuevas, y 30 que están considerando su introducción.
¿Qué sustituirá a la energía nuclear?
La energía solar es abundante, inagotable y posiblemente la más conocida de las fuentes de energía alternativas. El método más común de aprovechar esta energía es mediante el uso de paneles solares que convierten la luz solar en electricidad que luego se distribuye al usuario final.
¿Cuántos años faltan para que nos quedemos sin energía nuclear?
El combustible nuclear nos durará 4.000 millones de años.
Perspectivas de futuro de la energía nuclear
El incidente de la central nuclear de Fukushima, ocurrido en Japón en marzo de 2011, hizo que muchos observadores cuestionaran el uso del uranio como fuente de energía nuclear y, tal vez, sembrara dudas sobre la energía limpia en general. Sin embargo, esta puede haber sido una conclusión prematura, ya que hay otros elementos que pueden utilizarse en el ciclo nuclear para crear energía. Además, existen alternativas mejores y más seguras a la energía nuclear que son mucho menos perjudiciales para el medio ambiente. Entonces, ¿qué podemos utilizar en lugar de la energía nuclear alimentada por uranio?
Algunas fuentes de energía alternativas existen desde hace generaciones. Entre ellas están el torio, la energía solar, el gas natural y el hidrógeno. Es probable que en la era moderna, cada vez más gobiernos y científicos miren hacia estas alternativas para establecer suministros de energía sostenibles. En marzo de 2019, se reintrodujo una legislación bipartidista bajo la Ley de Liderazgo en Energía Nuclear para “impulsar la innovación en energía nuclear y garantizar que los reactores avanzados puedan proporcionar energía limpia, segura, asequible y confiable para satisfacer las necesidades energéticas nacionales y mundiales.”
Futura tecnología nuclear
Kazajstán planea reintroducir la energía nuclear en el futuro[4] Bielorrusia comenzó a operar una unidad de su primera central nuclear en junio de 2021 y espera poner en funcionamiento la segunda unidad en 2022[5].
España y Suiza operan actualmente centrales nucleares mientras planean el abandono de la energía nuclear[cita requerida] Alemania completará el cierre de su parque nuclear en 2022 y se ha descartado cualquier reinicio por motivos técnicos[6].
Taiwán está considerando una retirada progresiva[cita requerida] Austria (central nuclear de Zwentendorf) y Filipinas (central nuclear de Bataan) nunca llegaron a utilizar sus primeras centrales nucleares construidas en su totalidad.
Suecia y Bélgica tenían originalmente políticas de abandono progresivo, pero ahora se han alejado de sus planes originales. Filipinas relanzó su programa nuclear el 28 de febrero de 2022 y es posible que pronto ponga en funcionamiento la central de Bataan, que se encuentra en suspensión de actividad[7][8].
Debido a razones financieras, políticas y técnicas, Cuba, Libia y Polonia nunca completaron la construcción de sus primeras centrales nucleares, y Australia, Azerbaiyán, Georgia, Ghana, Irlanda, Kuwait, Omán, Perú y Singapur nunca construyeron sus primeras centrales nucleares previstas[9][10] Algunos de estos países siguen planeando introducir la energía nuclear. A partir de 2020, Polonia se encuentra en una fase avanzada de planificación de 1,5 GW y prevé tener hasta 9 GW en 2040[11].
Cómo funciona la energía nuclear
El Presidente electo, Joe Biden, llega al cargo en un momento en que la eliminación progresiva de los combustibles fósiles es fundamental. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha advertido de que debemos evitar que el planeta se caliente más de 1,5˚C por encima de los niveles preindustriales para 2030. Todas las vías previstas por el IPCC para alcanzar este objetivo requieren un aumento de la energía nuclear de entre el 59% y el 106% respecto a los niveles de 2010 para 2030. El plan climático de 2 billones de dólares de Biden, que reconoce esta urgencia, incluye el apoyo al desarrollo de la energía nuclear. ¿Cuál es el estado actual de la energía nuclear en Estados Unidos y qué papel podría desempeñar en un futuro descarbonizado?
La energía nuclear es la segunda fuente de energía limpia después de la hidroeléctrica. La energía para extraer y refinar el uranio que alimenta la energía nuclear y fabricar el hormigón y el metal para construir las centrales nucleares suele proceder de combustibles fósiles, lo que provoca emisiones de CO2; sin embargo, las centrales nucleares no emiten CO2 ni contaminación atmosférica durante su funcionamiento. Y a pesar de su consumo de combustibles fósiles, su huella de carbono es casi tan baja como la de las energías renovables. Un estudio calculó que un kilovatio hora de electricidad generada por energía nuclear tiene una huella de carbono de 4 gramos de CO2 equivalente, frente a los 4 gramos de la energía eólica y los 6 gramos de la solar, frente a los 109 gramos del carbón, incluso con captura y almacenamiento de carbono.