Usos de la energía eólica
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El tamaño de los aerogeneradores varía mucho. La longitud de las palas es el principal factor que determina la cantidad de electricidad que puede generar un aerogenerador. Las pequeñas turbinas eólicas que pueden alimentar una sola vivienda pueden tener una capacidad de generación de electricidad de 10 kilovatios (kW). Las mayores turbinas eólicas en funcionamiento tienen una capacidad de generación eléctrica de unos 15.000 kilovatios (15 megavatios), y se están desarrollando turbinas más grandes. Las grandes turbinas suelen agruparse para crear centrales eólicas, o parques eólicos, que suministran energía a las redes eléctricas.
Las turbinas de eje horizontal tienen palas como las hélices de los aviones y suelen tener tres palas. Las turbinas de eje horizontal más grandes son tan altas como edificios de 20 plantas y tienen palas de más de 30 metros. Las turbinas más altas y con palas más largas generan más electricidad. Casi todas las turbinas eólicas actualmente en uso son de eje horizontal.
Las turbinas de eje vertical tienen palas unidas a la parte superior e inferior de un rotor vertical. El tipo más común de turbina de eje vertical -la turbina eólica Darrieus, llamada así por el ingeniero francés Georges Darrieus, que patentó el diseño en 1931- parece un batidor de huevos gigante de dos palas. Algunas versiones de la turbina de eje vertical miden 30 metros de alto y 50 de ancho. En la actualidad se utilizan muy pocos aerogeneradores de eje vertical porque no funcionan tan bien como los de eje horizontal.
¿Qué tipo de energía es la eólica?
La energía eólica describe el proceso por el que se utiliza el viento para generar energía mecánica o electricidad. Los aerogeneradores convierten la energía cinética del viento en energía mecánica.
¿Cuántos tipos de energía eólica existen?
Hay dos tipos básicos de aerogeneradores: Turbinas de eje horizontal. Turbinas de eje vertical.
¿Cómo se denomina la energía eólica?
A lo largo de la historia, el viento se ha utilizado para mover los molinos de grano o empujar las embarcaciones que surcaban los mares. Sin embargo, no fue hasta bien entrado el siglo XIX cuando se fabricaron los primeros aerogeneradores capaces de generar electricidad a partir del viento. En la actualidad, el elevado potencial de la energía eólica y su valor estratégico la sitúan como una de las fuentes renovables llamadas a desempeñar un papel decisivo entre las tecnologías que permitirán alcanzar una economía europea climáticamente neutra en 2050.
Un parque eólico, también conocido como parque eólico, es una superficie de varios kilómetros cuadrados que alberga un conjunto de aerogeneradores para aprovechar los vientos de tierra o mar y generar electricidad, que se vierte a la red para su consumo.
Estos aerogeneradores funcionan según un principio muy sencillo, aprovechando la fuerza del viento, que en este caso actúa como fuente de energía primaria. Al girar sus palas, produce energía cinética y, a continuación, un generador convierte esta energía cinética en energía eléctrica.
La cantidad de energía que puede producir un parque eólico depende de la ubicación, el tamaño de las turbinas y la longitud de sus palas. La capacidad de las turbinas eólicas ha ido aumentando con el tiempo, gracias a la investigación y el desarrollo en este campo. En 1985, el modelo de turbina más común tenía una capacidad de 0,05 megavatios (MW) y un diámetro de rotor de 15 metros. En la actualidad, los grandes proyectos de energía eólica tienen una capacidad de turbina superior a 5 MW.
¿Cuáles son los 3 tipos principales de energía eólica?
Un aerogenerador es un dispositivo que convierte la energía cinética del viento en energía eléctrica. Cientos de miles de grandes turbinas, en instalaciones conocidas como parques eólicos, generan actualmente más de 650 gigavatios de potencia, a los que se añaden 60 GW cada año[1]. Los aerogeneradores son una fuente cada vez más importante de energía renovable intermitente, y se utilizan en muchos países para abaratar los costes energéticos y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Un estudio afirmaba que, en 2009,[update] la eólica tenía las “menores emisiones relativas de gases de efecto invernadero, las menores demandas de consumo de agua y los impactos sociales más favorables” en comparación con las fuentes de energía fotovoltaica, hidráulica, geotérmica, de carbón y de gas[2].
Las turbinas eólicas más pequeñas se utilizan para aplicaciones como la carga de baterías para la energía auxiliar de barcos o caravanas, y para alimentar señales de advertencia de tráfico. Las turbinas más grandes pueden contribuir al suministro eléctrico doméstico y vender la energía no utilizada a la compañía eléctrica a través de la red.
La rueda de viento de Héroe de Alejandría (10 d.C.-70 d.C.) es uno de los primeros ejemplos documentados de máquinas movidas por el viento[3][4], pero las primeras centrales eólicas prácticas conocidas se construyeron en Sistán, provincia oriental de Persia (actual Irán), en el siglo VII. Estos “Panemone” eran molinos de viento de eje vertical, que tenían largos ejes de transmisión verticales con aspas rectangulares[5]. Formados por entre seis y doce velas cubiertas de estera de junco o material de tela, estos molinos se utilizaban para moler grano o extraer agua, y se empleaban en las industrias molinera y de la caña de azúcar[6].
4 tipos de aerogeneradores
La energía eólica consiste principalmente en el uso de turbinas de viento para generar electricidad. La energía eólica es una fuente de energía renovable, sostenible y popular que tiene un impacto mucho menor en el medio ambiente que la quema de combustibles fósiles. Históricamente, la energía eólica se ha utilizado en velas, molinos y bombas de viento, pero hoy en día se utiliza sobre todo para generar electricidad. Los parques eólicos constan de muchas turbinas eólicas individuales, que están conectadas a la red de transmisión de energía eléctrica. Los nuevos parques eólicos terrestres son más baratos que las nuevas centrales de carbón o gas[1], pero su expansión se ve obstaculizada por las subvenciones a los combustibles fósiles[2][3][4] Los parques eólicos terrestres tienen un mayor impacto visual en el paisaje que otras centrales eléctricas[5][6] Los pequeños parques eólicos terrestres pueden inyectar parte de la energía a la red o suministrar electricidad a lugares aislados sin conexión a la red. Los parques eólicos marinos suministran más energía por capacidad instalada con menos fluctuaciones y tienen menos impacto visual. Aunque en la actualidad hay menos energía eólica marina y los costes de construcción y mantenimiento son más elevados, está en expansión[7]. En la actualidad, la energía eólica marina representa alrededor del 10% de las nuevas instalaciones[8].