Pros y contras de la energía nuclear
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La energía nuclear podría ser una de las fuentes de energía más controvertidas que tenemos. Para algunas personas, el riesgo potencial asociado a la energía nuclear es demasiado grande. Para otros, la energía nuclear parece la respuesta para un futuro sin emisiones de carbono.
La energía nuclear se forma dividiendo átomos de uranio o plutonio mediante reacciones en cadena en un reactor nuclear por un proceso llamado “fisión nuclear”. La energía liberada se utiliza para calentar agua y convertirla en vapor. Este vapor hace girar una turbina que genera electricidad utilizable.
Además, la energía nuclear no experimenta las mismas fluctuaciones de precios que los combustibles fósiles tradicionales, como el carbón y el gas natural. Por eso, el precio de la energía nuclear puede predecirse con bastante antelación.
A diferencia de la energía solar y la eólica, que necesitan que brille el sol o sople el viento, la energía nuclear puede generarse en cualquier momento del día. Esto significa que una central nuclear puede producir energía sin parar, y no tendrás que sufrir ningún retraso en la producción de energía.
Cómo funciona la energía nuclear
Muchos ecologistas se han opuesto a la energía nuclear, alegando sus peligros y la dificultad de eliminar sus residuos radiactivos. Pero un autor ganador del Premio Pulitzer sostiene que la energía nuclear es más segura que la mayoría de las fuentes de energía y que es necesaria si el mundo espera reducir radicalmente sus emisiones de carbono.
A finales del siglo XVI, cuando el creciente coste de la leña obligó a los londinenses de a pie a pasarse a regañadientes al carbón, los predicadores isabelinos arremetieron contra un combustible que consideraban, literalmente, el excremento del Diablo. Al fin y al cabo, el carbón era negro, sucio, se encontraba en capas subterráneas -hacia el Infierno, en el centro de la Tierra- y olía fuertemente a azufre cuando ardía. El cambio al carbón, en casas que normalmente carecían de chimeneas, ya era bastante difícil; la condena abierta del clero, aunque ciertamente justificada desde el punto de vista medioambiental, complicaba y retrasaba aún más la resolución oportuna de un problema urgente en el suministro de energía.
Para demasiados ecologistas preocupados por el calentamiento global, la energía nuclear es hoy el excremento del Diablo. La condenan por su producción y uso de combustibles radiactivos y por el supuesto problema de la eliminación de sus residuos. A mi juicio, su condena de esta fuente de energía de base, eficiente y baja en carbono, está fuera de lugar. Lejos de ser el excremento del Diablo, la energía nuclear puede ser, y debe ser, uno de los principales componentes de nuestro rescate de un mundo más caluroso y meteorológicamente más destructivo.
Datos sobre la energía nuclear
En los próximos 50 años la humanidad consumirá más energía de la que se ha consumido en toda la historia precedente. Las primeras predicciones sobre el crecimiento del consumo de energía y el desarrollo de nuevas tecnologías energéticas no se han cumplido: el nivel de consumo está creciendo mucho más rápido, mientras que las nuevas fuentes de energía serán ampliamente accesibles a precios asequibles a más tardar en 2030. La falta de combustibles fósiles está cobrando más relevancia que nunca. Las posibilidades de construir nuevas centrales hidroeléctricas también son bastante limitadas. No hay que olvidar las actividades de lucha contra los gases de efecto invernadero que imponen restricciones a la quema de petróleo, gas y carbón en las centrales térmicas.
El desarrollo activo de la energía nuclear -uno de los sectores más jóvenes y de más rápido crecimiento de la economía mundial- puede ser la solución. Cada vez son más los países que comprenden la necesidad de empezar a desarrollar la energía nuclear con fines pacíficos.
Tras su combustión completa, 1 kg de uranio enriquecido hasta el 4 % (que se utiliza en el combustible nuclear) libera una energía equivalente a la obtenida como resultado de la combustión de unas 100 toneladas de carbón bituminoso de alta calidad o 60 toneladas de petróleo.
¿Es segura la energía nuclear?
La energía nuclear podría ser una de las fuentes de energía más controvertidas que tenemos. Para algunos, el riesgo potencial asociado a la energía nuclear es demasiado grande. Para otros, la energía nuclear parece la respuesta para un futuro sin emisiones de carbono.
La energía nuclear se forma dividiendo átomos de uranio o plutonio mediante reacciones en cadena en un reactor nuclear por un proceso llamado “fisión nuclear”. La energía liberada se utiliza para calentar agua y convertirla en vapor. Este vapor hace girar una turbina que genera electricidad utilizable.
Además, la energía nuclear no experimenta las mismas fluctuaciones de precios que los combustibles fósiles tradicionales, como el carbón y el gas natural. Por eso, el precio de la energía nuclear puede predecirse con bastante antelación.
A diferencia de la energía solar y la eólica, que necesitan que brille el sol o sople el viento, la energía nuclear puede generarse en cualquier momento del día. Esto significa que una central nuclear puede producir energía sin parar, y no tendrás que sufrir ningún retraso en la producción de energía.